El aparato que conocemos como cámara, tiene una historia casi mil
años más antigua que la propia fotografía. Sabemos que ya en el siglo X se
observaban los eclipses en el interior de una habitación a oscuras, en uno de
cuyos lados se abría un orificio que proyectaba una imagen muy clara del
sol en la pared opuesta.
En el siglo XVI y XVII se usaba, como instrumento de dibujo la cámara oscura,
provista de un objetivo montado en una caja portátil; el dibujante se situaba
en el interior de una especie de tienda de campaña negra a través de uno de
cuyos lados asomaba el objetivo.
Con el descubrimiento de los compuestos fotosensibles en la década de 1830, y
su exposición dentro de cajas cerradas, la cámara oscura pasó a llamarse cámara
fotográfica o simplemente cámara.
En la imagen izquierda tenemos dos cámaras americanas
típicas de Daguerrotipos, la primera de cerca de 1839. La inferior es una
variante de fuelle de 1850.
A finales del siglo pasado, con la novedad de la
fotografía, aparecieron cámaras curiosísimas tales como sombreros-cámara,
relojes-cámara e incluso pistolas-cámara. En la figura de la izquierda, tenemos
un modelo inglés de 1882.
En 1936 apareció la
primera reflex SLR de 35mm, la Kine-Exacta, muy parecida a las actuales. A la
derecha podemos ver el modelo con sus fuelle macro acoplado.
La mejora de las cámaras de 35 mm. que siguió a la segunda guerra mundial, hizo
que las cámaras para película en rollo fuesen perdiendo popularidad.
Actualmente los únicos modelos que sobreviven son de extraordinaria calidad y
los usan mayoritariamente los profesionales debido a su mayor tamaño de
negativo.
Las actuales cámaras réflex de un sólo objetivo (SLR)
incorporan los mayores adelantos tecnológicos y la mayor oferta de película y
accesorios.
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